El Plasma Rico en Plaquetas (PRP) ha demostrado ser uno de los tratamientos más eficaces en la cicatrización y reparación de úlceras crónicas cutáneas. El procedimiento consiste en la inyección intradérmica de un complejo derivado del plasma rico en plaquetas, obtenido mediante una extracción sanguínea convencional realizada al propio paciente y que, después de un proceso de ultracentrifugación y con la adición de sustancias específicas, se inyecta en el lecho ulceral y en la piel perilesional.
El PRP es una porción de plasma autólogo (es decir, sangre del propio paciente) con una concentración de plaquetas superior a la basal. Estas plaquetas contienen Factores de Crecimiento Plaquetario, que son los que colaboran en el proceso de reparación de los tejidos. Así, poseen una fuerte influencia sobre los fenómenos reparativos de las heridas. Añadido a esto, el PRP cuenta con otras ventajas con respecto a otros tratamientos: disminuye el riesgo de infección de la úlcera y el dolor.